¿En qué consiste este ejercicio?

Esta sección on-line complementa como Anexo I la Guía para la elaboración de textos ensayísticos que hemos habilitado en diferentes asignaturas. Pretende establecer unas pautas para elaborar párrafos coherentes y bien estructurados mediante el objetivo de simular una columna de opinión, como las que leemos a diario en la prensa, escrita con carácter ensayístico. Lo iremos explicando paso a paso.

Paso 1: Nos fijamos en cómo está construido un texto ensayístico breve

A) Ejemplo

Desde el siguiente enlace puede accederse a una columna de la escritora Erika Martínez publicada en el diario Granada Hoy el 8 de noviembre de 2016. Puede considerarse un texto ensayístico breve en el que la autora argumenta contra la creencia en el talento. Se trata de una creencia muy extendida, por cierto, por lo que la argumentación requerirá ser eficaz.
[Enlace a la columna]

B) Análisis de ejemplo

Como habremos podido observar, la columna consta de tres párrafos. En cada uno de ellos se expone una idea principal, que si acaso se ve reforzada por otras secundarias. Le recomendamos que descargue la columna en el formato con márgenes amplios que ofrecemos a continuación, de modo que pueda anotar, junto a cada párrafo, cuál cree que es la idea principal de cada uno y cuáles las segundarias.
[Descarga de la columna en página con márgenes amplios]

C) Solucionario

Esta es nuestra propuesta de solución al análisis propuesto en el apartado anterior. Su análisis del ejemplo no tiene por qué coincidir al cien por cien con este, que simplemente pretende servir de orientación. La solución, en todo caso, si el análisis se ha hecho bien será parecida.
[Descarga de la columna con propuesta de solución]

Paso 2: Planificamos nuestro propio texto

A) Elegimos el tema

En la columna de opinión que acabamos de leer se argumentaba contra un concepto básico: el talento. Una vez hemos analizado su estructura temática, nosotros vamos a hacer lo mismo y vamos a escribir un texto de extensión similar (esto es, con tres párrafos bien trabajados) argumentando a favor o en contra de algún concepto determinado. Dicho concepto puede elegirse al azar, para lo que recomendamos descargar la presentación que, con el título Sorteador de Conceptos, enlazamos abajo. Una vez abierta, puede pincharse en una de las quince opciones disponibles para obtener un concepto concreto. Trabajaremos sobre él.
[Sorteador de conceptos]

B) Estructuramos el tema

Una vez hemos elegido el concepto sobre el que trabajaremos, vamos a completar la siguiente tabla, que puede descargarse en formato para PC (con extensión .docx) o para Mac (con extensión .pages). Lo que hay que hacer es muy sencillo: en la primera fila expondremos una escueta definición del concepto; en la segunda, tres razones a favor del mismo, jerarquizándolas en orden de importancia; en la tercera, tres en contra, una vez más ordenándolas según su importancia; en la cuarta y última, ofreceremos tres conclusiones que sacaríamos al contrastar las razones en contra y las razones a favor, a modo de síntesis. Una vez tengamos la tabla completada, ya dispondremos de un conjunto de ideas principales y secundarias. Nos pondremos enseguida con nuestro texto.
[Tabla para estructurar el concepto (formato .docx)]
[Tabla para estructurar el concepto (formato .pages)]

Paso 3: Redactamos nuestro propio texto

A) Ordenamos el esquema y redactamos

Tomando como referencia la tabla anterior, tendremos en cuenta lo siguiente: las filas segunda, tercera y cuarta (razones a favor, razones en contra y síntesis respectivamente) contienen tres razones cada una, ordenadas según la importancia que le concedamos. En nuestro texto final, cada una de esas filas equivaldrá a un solo párrafo, de manera que logremos un ensayo breve parecido a la columna de opinión que hemos leído al principio de este ejercicio. Hay que tener en cuenta que cada párrafo es la exposición de una idea principal reforzada por otras secundarias. El resultado no ha de ser un texto lleno de pequeños párrafos con ideas inconexas y mal ordenadas, sino uno con tres párrafos bien construídos. No nos debe importar que sean largos: ahora tenemos un texto mucho más potente que el que hubiéramos escrito improvisando.

B) Corregimos contrastando con la guía

Para hacerlo mejor, debemos asegurarnos de que estamos recurriendo a las características lingüísticas del ensayo que hemos expuesto en nuestra Guía para la elaboración de textos ensayísticos. Este es un buen momento para comprobar que estamos poniendo en práctica las directrices que ofrecemos para los planos morfológico, sintáctico y léxico-semántico. Al valernos de ellas, logramos un texto rico en matices y profundo, que no dé la impresión de haber sido escrito de manera espontánea o poco pensada.